Diez curiosidades tras la portada de “Abbey Road”

Se puede decir que “Abbey Road” de los Beatles fue la despedida de una de las más grandes bandas de todos los tiempos, que cambió en todos los sentidos la esencia musical. Aunque no fue el último disco en lanzarse, sí que fue el último en grabarse.

Para muchos (entre los que me incluyo), “Abbey Road” fue el mejor disco de la banda y generó muchas leyendas alrededor del mismo. Los cuatros chicos de Liverpool sabían que el matrimonio de The Beatles había llegado a su fin. La inmensa tensión entre ellos durante los últimos años era insoportable, pero querían que su despedida fuera perfecta.

Así que no menos importante sería su portada. Aquí os contamos diez curiosidades de una de las portadas más icónicas de todos los tiempos.

1. Interés turístico

La calle del mismo nombre del disco fue el escenario escogido para la portada más conocida de la banda a nivel mundial. Desde el 2010 este lugar tiene el grado II de interés cultural e histórico. Si viajas a Londres, es una visita obligatoria, ya seas seguidor del grupo o no.

Muchos fans hacen cola por hacer la pose “beatlera”, y eso que no es nada fácil reproducir la instantánea original, sobre todo porque es una calle con mucho tráfico. No es tanto el hecho de recrear la pose de la portada (que también), si no el de pisar el mismo suelo por el que Paul, John, George y Ringo pisaron de seguro cientos de veces.

Si estas cruzando el famoso paso de cebra de Abbey Road o sentado bajo la puerta del mítico estudio de grabación, y quieres que tus amigos te vean en tiempo real, será posible gracias a una cámara web que transmite las 24 horas desde esa zona de la calle. Puedes echar desde aquí un vistazo a lo que pasa en este mismo instante.

2. En la calle de enfrente

Eso fue lo que respondió Paul McCartney cuando les preguntaron donde querían que fuera la foto de la portada del disco. En un principio se barajaba la idea de viajar a Nepal, para realizar la sesión fotográfica en el Everest, que era como querían llamar en un principio al disco.

Todo comenzó como una broma entre ellos, basada en que uno de sus ingenieros de grabación en el estudio fumaba cigarrillos de la marca “Everest”. La ilusión en torno a ese nombre como título del disco fue creciendo… pero igual que creció, se perdió, ya que al final de la grabación, que duró mucho más de lo esperado, perdieron interés en viajar y llamarlo así.

3. Tan sólo 10 minutos

El fotógrafo Ian McMillan solo tenía 10 minutos para realizar la sesión de fotos. De hecho, no podían detener el tránsito de la mítica calle más de ese tiempo.

En pleno verano, un 8 de agosto de 1969, antes del mediodía, a las 11:30 de la mañana, el fotógrafo en medio de la calle subido a una escalera plegable pidió a los integrantes de la banda que no miraran a la cámara y que cruzaran en fila india de un lado a otro.

El tiempo sólo dio para seis instantáneas, de las cuales fue elegida la quinta, donde las piernas de los cinco estaban en forma de “V”, y su andar acompasado. Nadie podía llegar a imaginar que una foto elegida de una sesión de tan solo diez minutos podría convertirse en un símbolo tan reconocible e icónico.

Seis fotografías de portada para Abbey Road de The Beatles
Las seis instantáneas de Ian McMillan para «Abbey Road»

4. Mensajes ocultos

La portada está rodeada de simbolismo, ya que varios expertos refuerzan la teoría de que simboliza un cortejo fúnebre por varios elementos, y por cómo se encuentran ubicados los Fab Four.

John Lennon vestido de blanco, sería el sacerdote. Ringo Star va de negro y representaría al empleado de la funeraria. Paul McCartney, al ir descalzo, representaría al muerto, ya que es tradición en otras culturas enterrar así. Y George Harrison, al estar vestido de vaquero – por cierto, era el único que no iba vestido de traje de Tommy Nutter -, simbolizaría al sepulturero.

Y si a todo ello le sumamos que Paul es el único que no está al compás de los demás, ¿estuvo todo muy bien preparado, o simplemente fue pura casualidad?

5. Paul descalzo

El hecho de que Paul tirará las sandalias a un lado en el lapso de la cortísima sesión de fotos (por cierto, una pena que no haya ninguna instantánea que inmortalizara ese momento), se consideró una travesura del “Beatle” que, sin embargo, alimentó aún más los rumores de que el bajista de la banda estaba muerto.

La verdad es que no había ningún significado especial, tal como lo desmentiría más adelante el mismo Paul en una entrevista: “Era un día de verano y hacía mucho calor”. Para los pocos días de buen tiempo en Londres, qué mejor que aprovechar para caminar descalzo, ¿no creéis?

6. El cigarro

Muchos seguidores estaban convencidos de la muerte de McCartney y “escrudiñaron” la portada para descifrar los mensajes ocultos que había en ella. Se percataron así de que el bajista del grupo aparece cogiendo un cigarrillo con la mano derecha, y no era ningún secreto que Macca es zurdo. Se argumentaba en el momento que quien aparecía en la foto era William Shears Campbell, un artista diestro que tenía un enorme parecido con Paul.

Paul sujetando el cigarro con la mano derecha
Paul sujeta el cigarrillo con su mano derecha

¿Es otro detalle más a tomar en cuenta en la teoría de la conspiración o es pura estética para que el cigarrillo sea visible en la foto?

7. El quinto «beatle»

Fueron esas teorías “conspiranoicas” las que llevaron a la fama a un Volkswagen Escarabajo blanco estacionado en la calle donde se realizaron las fotos de la portada. Los seguidores afirmaron que la matrícula escondía un mensaje oculto: LMW 28IF, las iniciales significarían Linda McCartney Widow (Linda McCartney Viuda), mientras que 28 IF, se entendería como “28 si…”, indicando los años que tendría el músico si no hubiera muerto.

El dueño del coche, un vecino del lugar, cansado que le robaran su matrícula repetidas veces, lo vendió en 1986 en una subasta, y desde el 2001 se encuentra en un museo.

El “escarabajo” estuvo en el lugar y el momento adecuado para hacerse famoso y convertirse en el quinto “Beatle” de la portada.

8. El otro Paul

Un turista norteamericano de nombre Paul Cole decide no acompañar a su mujer a ver museos y se queda para curiosear lo que estaba pasando en ese momento en la calle. Le llamó mucho la atención ver cruzar la carretera a unos tipos en fila como si fueran patos. “Pensé que era una banda de chiflados, porque tenían un aspecto bastante radical, uno no podía ir así, descalzo por Londres”. Esto es lo que Cole dijo más adelante en numerosas entrevistas.

Lo más curioso es que nadie se percató de su presencia en la foto hasta que el disco ya estaba fabricado y preparado para venderse en las tiendas. El mismo Paul Cole se reconoció el día en que compró el disco.

¿Sera cierto que Cole nunca escuchó el disco? Eso fue lo que aseguró en varias entrevistas.

El personaje oculto en la portada de Abbey Road
Paul Cole observa la escena desde el fondo de la calle

9. El genio detrás de la fotografía

Todo comenzó con un simple boceto de portada realizado por Jhon Kosh de los cuatro Beatles cruzando el paso de cebra, que posteriormente sería ilustrado por Paul McCartney y entregado a Ian.

Ian McMillan, usando una cámara Hasselblad, con unos ajustes de 50mm, una exposición de 1/500, f22 y subido a una escalera. Así es como tomó la foto más icónica de todos los tiempos.

El otro aporte que hizo este fotógrafo austriaco a la banda es que, en cierta manera, fue el “celestino” de Yoko Ono y John Lennon, ya que fue él quien los presentó, y sería Lennon quien lo propusiera como fotógrafo de la portada.

Este genio sabía que éste único trabajo había opacado toda su carrera profesional, y fue el que lo llevó a ser reconocido a nivel mundial.

10. El album sin nombre

“Abbey Road” era el último álbum de The Beatles y, curiosamente, ni el nombre de la banda ni el título del disco aparecen en la portada. Consideraron que no era necesario, y está claro que acertaron.

La famosa portada es característica por ser tan “simple” y al mismo tiempo tan explícita. Independientemente de todas esas teorías conspiranoicas, la foto transmite lo que el grupo estaba atravesando en ese momento. Una portada a la altura del final de la banda más famosa de todos los tiempos.

Te puede gustar o no el cuarteto londinense, pero la portada de “Abbey Road” ha quedado grabada en nuestras retinas para siempre.

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